¿Cómo llegó el Vaticano a ser dueño parcial de Ducati?
admin 22-05-25
Aunque parezca sorprendente, hubo una época en que el Vaticano fue dueño de una parte significativa de Ducati, la legendaria marca italiana de motocicletas. Esta historia, poco conocida pero fascinante, nos lleva a la Italia de la posguerra, cuando tanto el país como la Iglesia buscaban nuevas formas de sostenerse y crecer.
Todo comenzó a fines de la década de 1940, cuando Europa todavía se recuperaba de las heridas de la Segunda Guerra Mundial. Ducati, por entonces, no era solo una marca de motos; era una empresa tecnológica que fabricaba radios, componentes electrónicos y otros dispositivos. Sin embargo, la guerra había golpeado duramente su estructura financiera. En ese contexto, el Banco del Vaticano, formalmente conocido como el Instituto para las Obras de Religión (IOR), decidió invertir en Ducati como parte de una estrategia más amplia para impulsar la industria italiana y asegurar ingresos a largo plazo para las obras de la Iglesia.
Se estima que el Vaticano llegó a tener cerca de un 25% de participación en Ducati, aunque no de forma directa, sino a través de participaciones en las sociedades que controlaban la compañía. Esta inversión convirtió al Vaticano, insólitamente, en uno de los accionistas de una empresa que pronto sería símbolo de velocidad, innovación y rebeldía sobre dos ruedas.
Durante unos 20 años, el Vaticano mantuvo su participación en Ducati, en una época en que la empresa pasó por altibajos financieros y varios cambios internos. Sin embargo, hacia finales de los años 60, la situación de Ducati empeoró. La gestión deficiente y los problemas económicos llevaron al Estado italiano a intervenir la compañía a través del EFIM, un organismo público que absorbía empresas estratégicas en dificultades.
Fue entonces, alrededor de 1967, cuando el Vaticano se retiró discretamente del negocio. Vendió su participación o la diluyó durante la reorganización financiera, cerrando así un capítulo tan curioso como desconocido en la historia del capitalismo eclesiástico.
La salida del Vaticano de Ducati fue también parte de un cambio más profundo: en las siguientes décadas, la Iglesia reduciría significativamente su presencia en empresas industriales y bancos privados, especialmente después de los escándalos financieros que estallaron en los años 70 y 80, como el famoso caso del Banco Ambrosiano.
Hoy en día, pensar que el Vaticano fue accionista de una marca como Ducati puede parecer casi una anécdota irónica. Pero en el contexto de la reconstrucción de la posguerra y la búsqueda de fuentes de ingreso sostenibles para la Iglesia, la decisión tenía lógica. Así, aunque Ducati es ahora conocida por sus motocicletas de alto rendimiento y su espíritu deportivo, su historia también guarda un curioso cruce con las sotanas, los rosarios… y el balance contable del Vaticano.
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